Sócrates ha pasado a la historia por ser muy influyente tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. Era una persona con unas fuertes convicciones, un férreo defensor de la libertad y la democracia en una época en la que Brasil estaba sometida a una dictadura militar que comenzó en 1964 y finalizó más de 20 años después. Así las cosas, siempre intentó trasladar su ideología y sus principios a su manera de entender el fútbol y fue uno de los creadores de la conocida como «Democracia Corinthiana».
Los inicios de la «Democracia Corinthiana»
Todo comienza en 1981, cuando el Corinthians, histórico equipo brasileño, firmó una temporada nefasta tanto en el Brasileirão como en la Copa Paulista. Por ello, en 1982 toma las riendas del club Adílson Monteiro, un joven sociólogo que no sabía mucho de fútbol, con ideas rompedoras y firme opositor de la dictadura.
Monteiro quiso revolucionar el Corinthians y llevó a cabo un giro copernicano en cuanto a la gestión y organización del equipo. Como no sabía mucho de fútbol, se le ocurrió que, en vez de tomar por sí mismo decisiones deportivas, consultaría con las personas que sí sobre cómo llevar el equipo adelante. De esta manera, implantó un sistema en el que todos los miembros del club votaban cualquier aspecto del equipo. Se decidía desde los salarios hasta los fichajes, los horarios e incluso el medio de transporte para ir a los partidos.
Este modelo tan revolucionario se empezó a conocer como la “Democracia Corinthiana”, y había tres jugadores a los que más les atraía este modelo. Entre ellos estaba, como no podía ser de otra manera, la estrella y emblema del Timão, Sócrates. Este ensayo pilló desprevenidos a todos, no solo por los extravagantes métodos para dirigir el club, sino por su gran juego en equipo, que hacía que en todos los medios de comunicación se hablara del Corinthians y su democracia. Por ello, la nueva filosofía del club corrió como la pólvora y llegó a todos los sectores de la sociedad, quienes veían en el Corinthians la luz al final del túnel, un reflejo de la sociedad que querían conseguir.
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Corinthians, promotor del cambio político
Los jugadores del equipo brasileño empezaron a jugar con una camiseta en cuya parte de atrás se podía leer “Democracia Corinthiana”, con unas manchas rojas simulando ser sangre. Llevar la camiseta del Corinthians comenzó a utilizarse, además de para animar al equipo, para mostrar una ideología y luchar por el cambio. En 1982, había ya mucho ruido rodeando a la dictadura militar. Por ello, los dirigentes, acorralados, llevaron a cabo un referéndum para elegir si tenían que haber elecciones o no para elegir gobernador de Sao Paulo.
Así, los jugadores del Corinthians, liderados por Sócrates, acudían a manifestaciones en las que se pedía al pueblo que acudiera a votar. No pretendían hacer que ganara el sí o el no, sino que la gente diera su opinión y se encargara de decidir el rumbo de Brasil. Es más, Sócrates, sabedor del furor que creaba en las familias, dijo en una de esas concentraciones masivas que, si la democracia volvía a Brasil, rechazaría una mareante oferta de un club italiano para quedarse a jugar en su país. La semana anterior al referéndum, cambiaron el mensaje de la camiseta y por la proclama “Día 15 vote”.
Lo cierto es que es innegable la gran influencia que tuvo Sócrates en la realidad política de su tiempo y en el fin de la dictadura. Además, su equipo conseguía llenar estadios porque, además de luchar por la libertad, casi siempre ganaba durante esos dos años que duró ese bonito experimento. En ese breve periodo, consiguieron alzar dos veces el Campeonato Paulista y dejaron un momento icónico instantes previos a la final del 83. Los jugadores del Corinthians salieron con una pancarta al campo que dice así: ”Ganar o perder, pero siempre en democracia”.
El adiós de Sócrates
En 1984, Sócrates decide emigrar a Europa y recala en la Fiorentina. Con su marcha, prácticamente se dijo adiós a la “Democracia Corinthiana”. Apenas duró algo más de dos años pero, sin duda, sentó un precedente en la manera de ver el fútbol en el mundo entero. Ganaron mucho, pero sobre todo, ayudaron al pueblo brasileño a afrontar el futuro con sus manos y liberarse de una dictadura de 20 años. Porque sí, el Corinthians de Sócrates jugaba muy bien, pero como él mismo declaraba, “no hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden” y eso, al menos, lo consiguieron hacer increíblemente bien.